Como fomentar la autonomía del niño en su vida diaria

Hoy quiero hablaros de algo que me parece esencial en  los primeros años de vida del niñ@: su autonomía y camino hacia su independencia. En este sentido podemos hablar de autonomía en cuanto a su progresiva capacidad de desenvolverse en su vida diaria. Pero también entra en juego su capacidad de pensar y decidir por sí mismo, y de adquirir habilidades sociales para relacionarse con otras personas.

Existe una creencia de que al niño pequeño «hay que ayudarle» para todo. Y no quiero decir que se les deje indefensos ni mucho menos, pero solemos forzar situaciones que van quebrando esta capacidad de independencia, creando confusión e incluso inseguridad.

Este camino comienza desde que el bebé nace, que comienza necesitando al adulto para sobrevivir, pero que poco a poco va mostrando su progresiva separación. Durante las primeras semanas existe el llamado «periodo Simbiótico», donde el niño y la madre tienen una necesidad de dependencia el uno del otro que es vital para formar su vínculo de apego.

Quiero especificar que la independencia nace de una base segura y de confianza, y esto es posible gracias al vínculo de apego seguro que se crea durante el primer y segundo año. Por ello, no podemos decir que el niño por ejemplo tiene que aprender a dormir solo para ser independiente (con unos meses de vida), si no que necesita una base de seguridad que es ofrecida por la madre y el padre, y que cuando esté preparado, podrá ser independiente y dormir solo. Este ejemplo podemos trasladarlo a todas las facetas del desarrollo ( el lenguaje, el movimiento, las posturas., la alimentación…) En el desarrollo del niño tan perjudicial es una ayuda innecesaria como la carencia de apego seguro y seguridad por parte de sus figuras principales.

Y ¿donde encontrar el punto medio? Aquí partimos de la observación sin juicios. Si observamos al pequeño, podemos ofrecer la pequeña ayuda sin pasarnos para que sea capaz de desenvolverse por sí mismo. Es decir, a la hora de comer podemos llenar la cuchara para que él mismo la pueda coger y llevársela a la boca (o mejor aún presentar la comida de manera que pueda comer al principio sólo con las manos y ofrecer la cuchara en el momento que esté preparado); facilitar un escalón para que llegue al lavabo, que la ropa esté a su alcance para poder cogerla el mismo…

COMO FAVORECER LA AUTONOMÍA DESDE EL NACIMIENTO

 

El bebé como hemos dicho lo que más necesita al principio es la cercanía de la madre, tener a su fuente de supervivencia disponible las 24 horas. Pero desde el principio podemos preparar un pequeño espacio en la principal estancia familiar donde el bebé pueda estar tumbado observando, moviendo sus manos, sus piernas. Aquí comienza su camino. Desafortunadamente el mundo de la puericultura suele ofrecer productos que satisfacen necesidades del adulto y no del bebé. Hay muchos objetos prescindibles que suelen coartar el movimiento del bebé.  Por ello, un buen fular para llevarle pegado a nosotros y un espacio adaptado a sus necesidades (un colchón grande en el suelo, móviles sencillos que pueda observar, un espejo en horizontal para que pueda mirarse y objetos ( seguros) que pueda agarrar el solo progresivamente son elementos que ayudan a su independencia física y social, así como a su concentración y desarrollo sensorial.

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A partir de que el niño empieza a desplazarse, las necesidades van cambiando. El ambiente debe estar preparado de forma segura de modo que pueda moverse de manera autónoma, es decir, espacio amplio para reptar, gatear, elementos que le ayuden a ponerse en pie por su propia iniciativa y poder dar pasos (una barra a la altura de los hombros le ayuda a practicar esta habilidad, aumentar su tono muscular y adquirir seguridad en sus movimientos).

 

A su vez podemos ir favoreciendo su independencia poniendo objetos interesantes a su alcance, que él mismo pueda decidir que es lo que quiere coger. En este punto, debemos tener en cuenta unas medidas de seguridad (objetos susceptibles de ser tragados, esquinas con las que pueda golpearse, armarios con productos peligrosos…) En un ambiente de seguridad, el niño puede ser independiente de acuerdo a su nivel de desarrollo, y no depender del adulto para todo.

Desde bien pequeños pueden integrarse en las rutinas diarias del hogar, solo hay que facilitárselo. Poner al alcance utensilios con los que puedan colaborar, hacer de cada momento una experiencia enriquecedora, como por ejemplo, la preparación de la merienda, regar las plantas, hacer la compra….

En cuanto a su autonomía personal, todos conocemos la famosa «etapa del YO SOLITO». suele aparecer sobre los dos-tres años, coincidiendo con una crisis llamada de Independencia y oposición. Muchas veces nos enfadamos porque quieren hacer las cosas ellos solos, y resulta que tenemos prisa, que tenemos «miedo» a que se les caiga algo y se rompa, que no irán conjuntados, y sobre todo, interrumpimos sus ensayos diciéndoles que no saben o que ya lo hacemos nosotros. Y luego..¿queremos que sean adultos con capacidad de decisión?

El niño de dos y tres años está preparado para hacer muchas tareas por sí mismo si somos pacientes y preparamos su entorno para ello. Debemos relativizar, priorizar y confiar. ¿A caso si se le cae un vaso de cristal a un adulto entramos en cólera? No, simplemente le decimos que no se preocupe que solo es un vaso, y lo recogemos. Y entonces, ¿Por qué al niño le decimos » Ya lo has roto, mira lo que has hecho,  y cosas por el estilo…? Lo más probable en este caso es que el error haya sido nuestro, porque el vaso era demasiado grande, o lo manipulaba en una mesa que no estaba a su altura.

El niño que esperamos que de adulto sea capaz de tomar sus propias decisiones, que tenga capacidad de elección, iniciativa y autoestima, debe empezar por ser respetado desde pequeño, de crecer en un ambiente donde pueda ensayar y practicar sus habilidades sin miedo al error. Encontrar accesibles los instrumentos que le faciliten y le permitan desarrollarse a su ritmo, sin ayudas que entorpezcan su ritmo natural, si no al contrario, que se sienta capaz de poder hacer las cosas por sí mismo.

QUE NO ES AUTONOMÍA

Por supuesto no podemos pensar que » el niño ha de ser autónomo y no hay que ayudarle a hacer algo que NO puede hacer el solo por que nos han dicho que debe ser autónomo…

• Obligarlos a hacerlo  con o sin chantajes. La independencia no se fuerza, se favorece.
• Tratar que hagan solos algo porque lo hacen los demás niños.
• Dejar que el niño haga lo que quiera por que tiene que tener autonomía y ser independiente. Los niños necesitan límites de seguridad y respeto. El adulto siempre debe estar observando y marcar los límites claros y seguros.

TIPS PARA FAVORECER LA AUTONOMÍA

• Evitar las prisas. Levantarnos un poquito antes para que ellos mismos puedan elegir la ropa, preparase el desayuno o lavarse los dientes tranquilos.
• Ser pacientes. No debemos esperar cumplir unos objetivos. Debemos valorar el proceso que está realizando el niño.
• Preparar actividades previas para prácticar una habilidad y que luego ellos puedan aplicarla a otros aspectos de su vida diaria. Aquí puedes leer algunas actividades que trabajan la psicomotricidad fina y preparan para la independencia.
• Estar disponibles. Es seguro que el niño en algún momento va a pedirnos ayuda. Debemos estar ahí para ofrecerles seguridad.
• darle solo la ayuda necesaria. Es decir, a veces solo necesitan que les marquemos como hacerlo, no que lo hagamos por ellos. Aquí puedes leer algunas actividades de vida práctica que los niños de 1 a 3 años pueden realizar en casa.
• Ser buenos modelos. El niño aprende investigando mediante la experiencia, pero también necesita observar un modelo a imitar, por ello debemos ser cuidadosos con nuestras formas de llevar a cabo cada tarea.
• observar cada cierto tiempo el ambiente y las necesidades del niño y sopesar si necesitamos realizar cambios.
• Valorar el momento del día y su estado físico y emocional. A veces simplemente están cansados, o necesitan mimos de mamá o papá.
• Ofrecer alternativas. ofrecer posibilidades a elegir para la cena, dejarle decidir la actividad de la tarde o del fin de semana, darle opciones de ropas adecuadas para salir a la calle…

En las siguientes entradas me centraré en como preparar el hogar para favorecer la autonomía del niñ@ en casa. Os mostraré como hemos organizado nuestras estancias y el rol del niño en cada una de ellas.

 

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